Nos vemos en Ibiza

Nos vemos en Ibiza
todos tenemos un pasado

jueves, 8 de abril de 2010

18. El Colgado

19.


Tienda Vamp. Bahía de San Antoni.

Alice Brandon estaba colocando su última “joya de la corona”. Una serie de comics de vampiros ambientada en la Francia de los filósofos. Su tienda había sufrido una importante avalancha de clientela desde que los vampiros habían pisado la isla. Y además ahora suministraba a particulares y empresas, como el hotel de su amiga Felicity. Se estaba haciendo de oro. Además, había empezado a conocer a algunos vampiros. Aunque había tomado ciertas precauciones (Como llenarse de plata por debajo de la camiseta. En cuellos, muñecas y tobillos) ya que hacía poco, uno de ellos le había dado algún que otro susto.

Se dirigió al mostrador y acarició la Daga que le había regalado su padre de pequeña. Su padre… lo recordó con su cabello ondulante en las altas colinas danesas. Como buen descendiente de Vikingo tenía una fuerza sobrehumana. Y poseía la habilidad de “viajar” en el tiempo. Por eso, pese a haber sido un Vikingo del siglo V, en uno de sus viajes al futuro se enamoró de una danesa. Alice había sido el fruto de su unión. Durante los primeros 12 años de vida, había “recorrido” con él, grandes hechos históricos del pasado y el futuro. E incluso sabía como poder hacerlo. Pero un hecho acontecido cuando contaba con esa edad hizo que todo su mundo se hiciese pedazos. Su padre se fue para no regresar. Aún a día de hoy no sabía si había muerto o seguía con vida en algún lugar del tiempo. Sólo tenía la daga que él le había dejado antes de irse. Sus últimas palabras fueron: “Es muy importante, Es la llave del tiempo”. Y Alice la conservaba aunque no la había utilizado nunca. Y era de plata, con lo cual tenía muchos posibles usos.

La estaba acariciando cuando sonó la música que anunciaba clientela. Sunburn Barfly de Muse. Dejó la daga debajo del mostrador y alzó la mirada para enfrentarse con unos cuantos… ¿Vampiros? ¿Frikis? ¿Niñatos?... Pero lo que vio un solo hombre. Más bien un chico bastante joven. Vestido con un largo abrigo de cuero y un traje negro.

Jacob estaba tocando con mucho cuidado los objetos de la tienda que había encontrado. Le parecía fascinante, ¡Había de todo para el vampiro!. Y no sólo eso. Otras cosas que le encantaban, como comics y “complementos”. No reparó en la morena de largos cabellos rizados hasta que la tuvo al lado.
- ¿Puedo ayudarle en algo? – Preguntó esta observándole con sus enormes ojos color avellana.

Jacob alzó la mirada y se encontró con la de ella. “Que guapa” Pensó. Y se quedó observándola detenidamente intentando descifrar que era aquel halo especial que la rodeaba. Alice se apartó, había algo atrayente en sus ojos verdes, Y eso que era inmune al hipnotismo de los vampiros.

- ¿Puedo ayudarle en algo? – Volvió a preguntar con profesionalidad.
- Solo estaba mirando – Él tenía una voz aterciopelada. Sin querer lo que tenía en las manos, resbaló y ambos se lanzaron a por ello para que no cayese.

Sus manos chocaron y ambos sintieron cosas. Ella el frío; Él, el calor.

- ¡Guau! ¡No eres vampiro! – Ella arqueó una ceja
- Tu sí ¿Qué te hacía pensar que yo lo era?
- La tienda – Dijo a su alrededor – Parece el paraíso de los vampiros.
- Mmm me gusta vuestro mundo – Él la miró detenidamente
- ¿Eres una colmillera? – Ella siseó
- ¡Claro que no! Ni por todo el oro del mundo me convertía en uno vosotros – cuando se dio cuenta de que podía haber ofendido al vampiro hizo ademán de arreglarlo. Pero Jacob lanzó una carcajada.
- ¡Jaja! ¡Flipante! –
- ¿Qué te parece flipante?
- Que te guste nuestro mundo sin querer pertenecer a él – dijo él.
- Me gusta demasiado el sol como para no poder disfrutarlo nunca más – Admitió ella. El semblante de Jacob se entristeció.
- A mí también me gustaba mucho el sol… me encantaban los amaneceres… - Y acarició una de las bolas de nieve que tenía el mar de Ibiza con el sol asomándose en el horizonte. – Alice sintió una repentina ternura hacia él.

Pero por desgracia, ese momento se vio interrumpido por una pareja que estaba buscando unas sábanas de satén rojo. Cuando vieron a Jacob se quedaron impresionados de ver un vampiro de carne y hueso.

- Bueno, volveré con calma – prometió el vampiro a Alice antes de marcharse
- ¡Hasta luego! – dijo ella. Antes de verlo desaparecer en la noche. Había sido el encuentro más raro de su vida…


Hotel Sunshine. Ibiza.

Felicity salió del despacho como una exhalación seguida de Aiden, Ash. Ambos podrían haberse “teletransportado” sin más. Pero no les pareció de buen gusto. La chica notaba como el mal presentimiento le recorría cada músculo de su piel.

Llegaron a la terraza y vieron a una Mamaje horrorizada en la puerta del depósito y gritando sin parar.

Algunos vampiros, y todos los humanos estaban fuera. Wölf agarraba a Mamaje intentando que se apartara de allí.

Felicity iba a pasar a la habitación cuando un brazo la detuvo.

- No le aconsejo que mire ahí dentro señorita – la voz gélida de Aiden la miraba a los ojos. Mientras Ash había entrado en la habitación y profería maldiciones en un idioma extraño.
- Es mi hotel – dijo ella intentando zafarse – así que quíteme las manos de encima…
- Insisto – Él no se movió un ápice. – Deje esto en manos de la “policía”.

Ella no le hizo caso y consiguió zafarse. Cuando se aproximó a la puerta vio la escena más horrible que había presenciado en su vida. Una oleada de maldad la azotó de tal manera que hizo que se desmayara.

- Se lo dije – Murmuró Aiden.


2 comentarios:

  1. Hola!!
    Me lei solo una parte pero me gusto mucho... ahora me lo voy a seguir leyendo
    Buen blog y buena historia.
    Suerte!

    ResponderEliminar
  2. Uis no había visto esto
    Muchísimas Gracias :D

    ResponderEliminar