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jueves, 27 de mayo de 2010

20. Con un Vampiro por primera vez

21.


Mamaje estaba con la mirada perdida, Wölf la miró con curiosidad.

- ¿Estás mejor? – Ella asintió con la mirada fija al frente - ¿Seguro?
- Si – aunque su voz temblaba, empezaba a sentir el peso del cansancio y una especie de letargo.

Wölf le había echado una “ayudita” para dormir. Y parecía que empezaba a hacer efecto. Esperó un poco más hasta que se recostó en el sofá y apoyó la cabeza cerrando los ojos. Sólo entonces Wölf abandonó la habitación y se dirigió afuera por si podía ayudar en algo.

Mamaje se quedó sola. Pero no lograba dormirse pese a que no sentía el cuerpo. Notó algo a su derecha. Parecía que Wölf había vuelto. Pero no podía enderezarse.

- Estoy bien – logró murmurar entre ensoñaciones.
- Me alegro – La voz no era la de Wölf. Abrió los ojos. – Buenas noches. – y sonrió
- Asesino – logró escupir ella. Enderezándose e intentando que su cabeza dejara de dar vueltas.

Dorian se acercó a ella como un rayo y la cogió por el cuello.

- ¿Qué has dicho? – Ella empezó a respirar con dificultat.
- A… se… si… no – Repitió con desprecio. Dorian la miró con mezcla de rabia y confusión.
- ¿Qué te hace decir eso? – Inquirió. Tan cerca de ella que podía sentir su aliento en los labios, cosa que le excitó.
- Vadertini… En el depósito – Dijo ella. Dorian aflojó la presión de su mano en el cuello de Mamaje pero la siguió mirando.
- Yo no le he matado – Dijo.
- Ya… Claro. ¿Y quién si no? – Ella aprovechó para echarse para atrás - Tendrías que haberme matado a mí. y me hubiera librado de ti.

Dorian se sentó a su lado y se frotó las sienes. Cosa que a Mamaje le sorprendió. Parecía que estuviese poniendo sus pensamientos en orden. Le pareció hasta humano. Al menos, hasta que volvió a su mente que era un simple asesino.

- No he matado a ese chico del depósito – Concluyó Dorian mirándola a los ojos. – A ella le recorrió un escalofrío. – Mi misión eres tú.
- ¿Tu misión? – dijo ella – dices tu misión como quien dice “El último cliente de la tarde” ¿Tu sabes el día tan jodido que llevo? ¡Y todo por tu culpa!

Mamaje estaba luchando por no volver a caer en el sopor. Dorian se acercó a ella.

- Lo siento – Susurró al lado de su cuello - ¿Podría hacer algo para hacerte esto más llevadero? – Y sacó sus colmillos – Preferiría que colaboraras sin necesidad de hacerte daño… - La rozó la suave carne con los dientes - … eres demasiado… atrayente… demasiado… apetitosa. – Ella jadeó, se sentía demasiado débil para luchar.

Dorian lamió con su lengua fría la piel del cuello. Y contra todo pronóstico, y tal vez por el atontamiento que llevaba, Mamaje le rodeó el suyo con los brazos.

Siseó cuando él la mordió. Cerró los ojos con fuerza y los volvió a abrir. Empezó a notar como se humedecía y quería que él estuviera dentro de ella cuanto antes. Los planes de Dorian eran otros. Cogiéndola suavemente por la cintura, le dio la vuelta hasta que quedara sentada encima de él. Lamió la zona mordida y empezó a bajar por su escote. Ella suspiró cuando notó aquella lengua fría rodeándola el pezón. Dorian hacía mucho tiempo que no había probado una “fruta” tan dulce y sabrosa. Dejó que su mano descendiera por los lugares que luego debería de seguir su lengua. Levantó su falda hasta que esta se quedara enrollada en su cintura y acarició con delicadeza el encaje blanco que cubría su sexo. Ella empezó a desabrochar los botones de la camisa azul de él, mientras presionaba sus labios contra la piel marmórea de él. Cuando consiguió su objetivo. Tiró del vampiro hacía arriba para poder besarlo. Y así tener vía libre para desabrocharle los pantalones. Dorian gruñó de satisfacción cuando Mamaje rodeó su virilidad con la mano caliente. La tendió sobre el sofá y se situó encima de ella sin dejar de besarla. Cogió su pierna y la enroscó a su cintura. Ella contribuyó rodeándolo completamente. Ese fue el momento en el que él eligió para introducirse en ella. Ella aguantó la respiración. Y Dorian intentó no hacerla daño. Cosa que a ella le sorprendió, ya que no se esperaba esa repentina ternura del vampiro. Dorian empezó a moverse despacio, hasta que ella se adaptara a él completamente. Mamaje se agarró a sus hombros y levantó su cuerpo para sentirlo más. Él lo entendió como una invitación y empezó a aumentar el ritmo mientras buscaba su cuello y mordía por segunda vez. Sin ser muy profunda la herida. Sólo para sentir el placer de su sangre a la vez que llegaba el climax. Ella emitió un jadeo ahogado cuando sintió un terrible orgasmo que la dejó atontada. Dorian la miró con gesto preocupado.

- ¿Estás bien? – Susurró. Ella asintió.
- Tal vez, al fin y al cabo, no haya sido el peor día de mi vida.

Y después, se relajó tanto que el sueño se adueñó de ella aún con Dorian dentro de ella.

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