Nos vemos en Ibiza

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todos tenemos un pasado

miércoles, 2 de junio de 2010

22. Fire

23.

“Sweet Sourender” Sarah Mclachlan

Aquel pantalón de lino negro se le ajustaba al cuerpo como un guante. M.Isabel miró a Joshua como quien mira una gran tarta de nata. Él se dio cuenta a través del espejo.

- Tu ropa me gusta – Sonrió y dejó los dientes al descubierto. Tenía los colmillos escondidos – Es ligera.
- Es tela ibicenca – dijo ella intentado mostrarse profesional.
- Creo que va a ser un bombazo – admitió él – Créeme, me he llevado un millón de prendas en un montón de épocas y modas distintas. Y esto… es de lo más cómodo que he vestido.
- Yo creía que los vampiros no notabais eso.

Él se dio la vuelta.

- Tenemos sensaciones. Aunque no nos lata el corazón, tenemos percepciones e impulsos. Notamos el calor y el frío. La aspereza y la dulzura. Y la lengua la tenemos muy viva – Sonrió de manera seductora.

Se acercó a ella y le olió el pelo. M. Isabel se quedó rígida.

- Y tenemos el olfato de un perro – Dicho eso se retiró. Ella suspiró de alivio al ver que no había sido la cena. Ya que por mucho nombre que tuviera o por muy atractivo que fuera, era vampiro.

El se alejó y se quitó la camisa dejándola encima de la silla. Después sin ningún pudor, se deshizo de los pantalones antes que M. Isabel pudiera decir siquiera: “salgo mientras te vistes”. Se quedó allí plantada con la boca semi-abierta. Él se dio cuenta, por supuesto. Pero no dijo nada. Se limitó a enfundarse sus vaqueros y la camisa que había traído.

- Creo que me gustará trabajar contigo – Dijo, mientras se abrochaba los botones.

Que Joshua Karmel te dijera eso, era para ponerse a saltar y tocar el cielo. Pero la diseñadora aún estaba en estado de shock por la visión que acababa de tener.

Pegó un respingo cuando sonó el timbre de la puerta. Fue a abrir a Clarisa.

- ¡Hola! Ya estoy aquí ¿Cómo ha ido?
- Fenomenal, tenías razón. Merece la pena. Y me encantará quedarme en la isla un tiempo. – Dijo él
- ¡Me alegro mucho! – Dijo ella. – M. Isabel, gracias por atendernos tan tarde.
- Un placer- Murmuró.

Y con una última mirada abrasadora del chico como despedida. Joshua se fue y ella, se quedó temblando.





Puerto de San Miquel, Ibiza.

Shardin estaba apurando un poco de sangre de entre los pechos de una donante muy apetitosa cuando Talessim. Un vampiro Light Joven entró en la estancia. Su cabello dorado contrastaba con sus ojos de un extraño color caoba. Shardin levantó la cara de su amante y miró al que consideraba como un hijo y el único que podía molestar sus momentos de ocio.

- Talessim… ¿Qué se ofrece? ¿Quieres probar? – Señaló a la muchacha que enseguida le hizo un mohín y le ofreció el cuello.
- No señor, Gracias. Quería hablar con usted. – Shardin le hizo una señal a la chica. Y esta se cubrió con un albornoz y desapareció por una puerta lateral. Por su parte. El vampiro mayor se tapó un poco con la sábana y le ofreció a su pupilo un asiento a su lado.
- ¿Qué noticias traes? ¿Has averiguado algo más de esa mujer, Amanis? ¿Sabemos algo de Dorian y su tarea?
- Es más referente a esto segundo que quería hablarte – Cuando estaban solos lo tuteaba ya que en la intimidad, era más cómodo..
- Que ha pasado.
- Ha habido problemas imprevistos en el Sunshine. – Shardin arqueó las cejas.
- ¿Imprevistos?
- Si… Han asesinado a una persona. – Él rió.
- ¿Vaya y eso son problemas para nosotros?
- Si, porque el tipo asesinado es el DJ que casi matas la otra noche. El que defendió a la mujer aquella – La sonrisa se le congeló
- ¿Estás seguro de ello?
- Tan seguro como que Dorian acaba de informarme. Y para acabar de rematar, adivina quién ha tomado las riendas del caso… - Shardin guardó silencio invitándole a continuar. – El Sherif McKenna. Y el mismísimo líder de los Scum Wash: Ash Peloponeso – El otro dio un brinco.
- ¡Que hace él aquí!
- Lo ignoro, realmente.
- ¡Mierda! Con ese semi-dios de pacotilla se me acumulan los obstáculos a batir para lograr mis planes. Además de quién esté jugando a matar por ahí. Averigua todo lo que puedas. Y dile a Dorian que siga con su misión. Que esa muchacha, Mamaje, tiene que colaborar y no irse de la lengua.

Talessim asintió

- Yo voy a hacer valer mis influencias – Y dicho eso, Shardin se levantó y se dirigió al teléfono. Dada por zanjada la conversación. El chico se retiró discretamente.







Alrededores del hotel Sunshine.

Clover estaba de un humor de perros. Habían rastreado todo el perímetro y no habían encontrado nada. Aparte de ese olor a azufre tan penetrante. Pero aquello no era raro, en aquella época del año, las depuradoras trataban el agua de las piscinas con eso. Podría estar tan ricamente con aquel muchachote enorme en una gran cama comiendo y follando que era lo que le apetecía. Pero sin embargo, estaba allí con Jacob peinando la zona y muerta de aburrimiento.

- Aquí no hay nada. Quién haya sido, debe de haberse esfumado – concluyó – vamos a informar a Eric y aprovechemos las pocas horas que nos quedan antes de acostarnos.

Jacob la miró de reojo.
- Tu lo que tienes ganas es de encontrarte con cierto Barman… a Eric no le va a gustar que no hagamos bien nuestro trabajo. – Ella bufó
- Hemos hecho todo lo que hemos podido. No hay nada ¡NADA!

Y dicho eso se dio la vuelta. Pero de pronto se topó con algo que no esperaba. Y gritó. Jacob se abalanzó sobre ella e impidió que una lengua de fuego dejara Chamuscada a su compañera. No hubo un segundo destello. Jacob cogió a Clover y voló todo lo rápido que pudo de vuelta a la recepción sin creer lo que acababa de ver.

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