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domingo, 7 de marzo de 2010

14. Un Vestido para Sookie

15


Hotel Sunshine, Ibiza.

Pese a su estado, Mamaje aceptó la infusión de buena gana. Y se la fue tomando a pequeños sorbos. Mientras Felicity la observaba. Neftis había vuelto al bar con Wölf.

Algunos de los “humanos” del hotel, empezaban a bajar en busca de algo que comer. O información sobre qué hacer en la isla hasta que oscureciera.

Con lo cuál el hotel empezó con su actividad de un día normal de temporada alta, pero a las 4 de la tarde.

Vadertini entró en el hotel con unos vaqueros y una camisa Hawaiana. Saludó a Mamaje con un guiño y a Felicity con dos besos.

- ¿Necesitabas algo?
- Si, por favor. A ver si puedes arreglar lo del Jacuzzi exterior. Hace frío pero si mantenemos la temperatura caliente. Los clientes estarán encantados.
- Voy a ello, pues. – Dicho eso se dirigió al pasillo de servicio.
- ¡Gracias!

En ese momento bajó la rubia de la habitación nupcial con un vestido de manga francesa de color coral.
- Buenas tardes – Dijo y se dirigió a Felicity - ¿Podría hablar un momento con usted?
- Por supuesto señora Compton ¿La habitación está a su gusto?
- Si, Gracias - Sonrió Sookie – Mire, me gustaría hacerle un “regalo” especial a mi marido… ya me entiende. Y me preguntaba si podría decirme dónde comprar algo… Sexy.

Felicity sonrió.

- Conozco a la persona idónea. Es una de las mejores “modistas” de la isla. Puedo acompañarla si quiere.
- ¡Eso sería estupendo! Pero no quiero interferir en sus quehaceres. – La dueña negó sonriente.
- Que los clientes especiales estén a gusto es uno de mis quehaceres. Además me vendrá bien salir de aquí; ¡ah! Y puedes llamarme Felicity – Le tendió la mano y Sookie la tomó. Se la quedó mirando un momento y tras unos instantes dijo con sorpresa
- ¡Es genial! No te oigo…
- ¿Perdón?
- N… nada, puedes llamarme Sookie.
- Bien, dame un momento que coja las llaves del coche.

Y se dirigió al despacho.

Poco después, regresó la pelirroja y señaló un coche aparcado en la un reservado, que le iluminó con un “clic”.

- ¿La primera vez en España? – Preguntó Felicity mientras abría la puerta y entraba.
- Si, en realidad la primera vez fuera de Estados Unidos – Contestó
- Yo sólo he estado en Las Vegas, Los Ángeles y Nueva York. Vamos, típico de turistas.

Salieron del aparcamiento y Feli saludó a Vadertini que salía de la caseta de herramientas.

El hotel estaba ubicado entre la población de Sant Josep de Sa Talaia y Sant Antoni de Portmany. En la zona Noroeste de la isla. Y tuvieron que coger la “autovía” que las llevaría a la otra punta. A Eivissa (Ibiza) capital en apenas un cuarto de hora.

Durante el trayecto Sookie le contó parte de su historia de “amor” con el vampiro. Felicity no podía entender como aquella chica tan maja podía estar con un No muerto. Pero prefirió asentir. Exclamar algunos ¡Oh! ¡Que bonito! Y sonreír. Hasta que llegaron a la tienda de M. Isabel.

En aquella época era más fácil aparcar que en pleno verano. Aún así era un lugar muy concurrido.

La tienda estaba muy cerca de la llamada “Calle de la virgen”.

Felicity le abrió la puerta a rubia menuda. Era muy bajita comparada con la española. Sookie se lo agradeció y ambas entraron en un lugar dónde maniquíes vestían vestidos de tela blanca y negra. Típicos de la isla.

- ¡Qué bonitos! – Exclamó la americana.
- Son todos hechos a mano – Exclamó una voz que salió de detrás de una puerta.

Poco después apareció la “dueña”. Vestía un vestido gris de la misma tela que los expuestos. Vaporoso y de tirantes. Saludó con un par de besos a Felicity.

- ¡Cuánto tiempo!
- Pues sí, ambas hemos estado liadas. Veo que te resistes a dejar el verano. Te presento a Sookie Compton. Clienta del hotel.
- Encantada Sookie – Dijo M.Isabel regalándole también dos besos
- Igualmente – Contesto – Tienes unos diseños preciosos.
- Gracias. Espero que vengáis las dos para la presentación de la colección. ¿Hasta cuando te quedas Sookie?
- Creo que un par de semanas.
- ¡Perfecto! Y… ¿Qué os trae por aquí?
- Quería algo especial… Para esta noche… - M.Isabel le guiñó un ojo.
- Ah… ¿Para impresionar a un chico? – Sookie se ruborizó
- Si… A mi marido.
- Uhhh… genial. Pasa a la trastienda…

Felicity miró como el sol empezaba a ocultarse tras la fortaleza.

- Voy a hacer una cosa mientras estáis ahí – dijo.
- ¡Muy bien!
- No tardaré… - Y dicho eso, salió de la tienda y tomó la calle que subía al casco viejo.


2 comentarios:

  1. Chiquitina, cuánto tiempo sin pasarme por aquí, prometo redimirme :)
    Y seguirte a diario MUA!

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  2. Gracias yo tengo que ir posteando más :)

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