Nos vemos en Ibiza

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viernes, 12 de febrero de 2010

2: Cambios.



Felicity estaba en su despacho, mirando al mar mediterráneo. La luminosidad era patente en aquella estancia. Y a ella le encantaba la luz del sol. Escuchaba a su abogada con inquietud.

- El gobierno de las islas ha sido claro. Y el proyecto tiene que estar en marcha antes de finales de mes – Dijo Arwen_77 removiendo sus papeles – La mitad de las habitaciones, tienen que ser “Habitaciones de día” y la otra mitad “Habitaciones de noche”. Es decir hacer todo lo necesario para que los vampiros puedan descansar durante el día. Sin temer que les pase nada.
- ¡Joder! Y por qué tiene que ser “ EN MI HOTEL”.
- En realidad va a ser en todos. Pero el tuyo al ser uno pequeño y con encanto… la obra no les costará tanto al “govern” y lo han elegido como pionero.


Felicity se masajeó las sienes con los dedos índices de cada mano.

- No quiero que mi hotel se convierta en un putiferio vampírico.
- Tienes reservado el derecho de admisión. Por lo visto hay vampiros bastante civilizados. Los que no lo son, no creo que quieran acatar las normas de un hotel, y seguirán viviendo salvajemente. No tendrás problemas con ellos.
- No me convence – Dijo apoyándose en la mesa, blanca como el resto del despacho.
- Igualmente contamos con la ayuda de la “Adaptadora”. Ella te informará de todos los procedimientos. Llevan mucho tiempo haciéndolo en Estados Unidos y allí funcionan a la perfección.
- Ya, pero en Europa son más… Bohemios. He oído que Dalí es un vampiro.
- Sólo entrarán los que acaten las reglas – volvió a repetir Arwen_77.

Felicity miró como el sol cada vez se hacía más débil. Suspiró.

- Espero que tengas razón. Llama a esa chica, Mapycall y pongámonos manos a la obra…



Mapycall, trabajaba en la liga pro derecho de los vampiros europeos.
Había estado en Alaska mucho tiempo, y había hecho muy buenas migas con uno en especial llamado Alexis. Había sido una relación muy bonita. Cuando tuvo que regresar, enseguida se unió a la causa. Casi dos años después había conseguido que en su casa, se empezara a ver con respeto a estos seres. Muchas noches echaba de menos a Alexis y miraba a la lejanía a ver si veía aparecer su cabellera castaña rizada, y aquellos profundos ojos verdes. Pero no, Alaska estaba muy lejos…

En cuanto salió del coche y se dirigió a la recepción del pequeño hotel de la costa. Le gustó. Sería un lugar perfecto. Ambientado al norte, con unas vistas preciosas. Todo comodidades, y habitaciones que se podrían adaptar perfectamente. Constaba de una serie de edificaciones, de no más de 2 pisos, algunas. Que daban a un jardín central con piscina. Mediante una escalera escavada en la roca, se descendía a una cala privada uno metros más abajo. Le gustó.

La recepción era bastante étnica; la combinación de rojo, negro y blanco le daba un toque bastante atractivo. Símbolos celtas se mezclaban con grandes Shivas. Se dirigió al mostrador de mármol negro.

- Hola – saludó a una chica, guardando las gafas en el bolso – Estoy buscando a la dueña. Soy Mapycall.
- Si, ahora mismo la aviso.
- Gracias… Mamaje – leyó en la placa dorada de su solapa. La muchacha le dedicó una sonrisa mientras cogía el teléfono.


Poco después apareció Felicity sobre unos tacones imposibles.

- Bienvenida – Dijo cálidamente. Aunque guardando las distancias. Mapycall le estrechó la mano que ella le ofrecía. – Podemos pasar al despacho, si quieres. Mamaje, por favor si llama alguien no me lo pases.
- Muy bien.

Entraron al despacho, y Felicity cerró la puerta.

- ¿Quieres tomar algo? – Preguntó
- ¿Coca Cola? – Mapycall se sentó en una silla.

La pelirroja le tendió una lata y un vaso con hielo que había sacado de una nevera muy bien camuflada.

- Bien… empecemos. – Dijo Felicity sentándose enfrente de ella. – Que sepas que esto no me hace gracia alguna… la verdad.
- Es típico que estés reacia. ¿Conoces a algún vampiro?
- No, pero lo que oído… - Mapycall sonrió. Estaba acostumbrada a escuchar eso, casi todos los días.
- Si, también se oyen cosas de esta isla, que luego sabes que no son verdad. – Felicity se quedó pensativa.
- Por supuesto que hay vampiros más o menos civilizados. También hay humanos menos civilizados. Además muchos de esos vampiros se quieren integrar, una vez fueron personas humanas. Ahora muchos toman Tru Blood, o Sangres animales.
- Pero también se aprovechan de los humanos.
- La mayoría es cierto que tienen amantes humanos. Pero es por propia elección. Ahora ya hay bodas. Se consideran bodas inter-raciales. Los que matan son la escoria de la raza, igual que pasa en los humanos.

Felicity se levantó y se paseó por la habitación. Mapycall tenía razón.

- Supongo que tendremos que acostumbrarnos y empezarlo a ver con normalidad. Pero el problema, es mi hotel. Me da pereza meterme en reformas. No sé como tratar a los vampiros. No sé como esto va a cambiar mi negocio… ¡No tengo ni idea!
- Tranquila, Yo te ayudaré; Si quieres… - Mapycall le puso una mano tranquilizadora en el hombro.
- Gracias, me vendría muy bien. Además las “obras” me ponen nerviosa.
- No te vas ni a enterar. Te lo prometo.

Y dicho eso, se pusieron a tratar los aspectos más técnicos de la adaptación que tendría lugar en el “Sushine Paradise Ibiza”

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