Nos vemos en Ibiza

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jueves, 18 de febrero de 2010

8. Fin de fiesta

Hotel Sunshine, Ibiza.

Los tacones de Felicity repiqueteaban por el pasillo. Lileath apenas conocía a su jefa pero algo le decía que estaba cabreada. El trío formado por Eric, Clover y Jacob esperaban junto a sus maletas. El Sherif vampiro estaba tamborileando con los dedos en el mostrador cuando la humana pelirroja apareció. Se hizo el silencio por unos instantes. A Felicity le subió un escalofrío. No era el primer vampiro que había visto en su vida, pero este era inquietante, sin embargo, no se dejó amedrentar.

- ¿Qué desean los señores? – su voz era modulada pero dura. Eric se la quedó mirando por unos instantes.
- Queremos la habitación – Contestó con una voz suave pero que no admitía réplicas.
- Hasta de aquí a dos horas no estará disponible – Contestó ella manteniéndole la mirada.
- La queremos AHORA – y fijó sus ojos en los de ella. Tras unos instantes de duda Felicity sonrió.
- Ahora mismo… No puede ser… - Lileath se quedó helada. Al igual que Clover y Jacob. Aquella humana no había sucumbido al hipnotismo de un vampiro de 1000 años. Hasta la sonrisa de Eric se congeló, sin entender por qué no funcionaba. – Sin embargo, - Continuó ella como si tal cosa y con la misma sonrisa – si pasan a nuestro Bar nocturno les invitaremos a un copa, por las molestias.

Jacob y Clover aguantaron la respiración. Sabían que a su jefe no se le podía chantajear con unas copas y una sonrisa. Se mascaba la tragedia.

- De acuerdo – para sorpresa de todos. Eric asintió, se volvió y se dirigió al bar. - ¡Vamos! – animó a sus dos acompañantes – Espero, por su propio bien, que sean dos horas justas, señorita…
- Cork… - respondió Felicity tan tranquila.

Cuando hubieron desaparecido por las puertas negras. Relajó el semblante.

- Lileath, Créeme si te digo que esto es lo que más odio de todo esto de estar de cara al público: Las agujetas que tienes en la comisura de los labios de tanto intentar sonreír.

La vampira asintió, aún sin creerse lo que acababa de pasar.

La puerta del hotel volvió a abrirse. Nuevos clientes.

Discoteca Pacha, Ibiza.

• Se recomienda escuchar esta canción para esta parte, No entera que os puede rallar :P

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La fiesta estaba en su apogeo, y parecía que la masa de cabezas se lo estaba pasando bien. Amanis se había quedado apartada en una sala desde la que se veía todo. De vez en cuando se pasaba por el reservado para saludar y hacer uso de sus dotes sociales. Tratar con personas era bastante parecido a hacerlo con vampiros. Además, los pocos VIP que había, solían ser vampiros muy poderosos y bastante educados.

Excepto él. Amanis no sabía a ciencia cierta si aquel morenazo de metro noventa era en realidad un vampiro. Estaba bastante “moreno”. Y no le quitaba los ojos de encima.

En ese momento Dj Vardertini empezó a mezclar una de sus canciones estrella. La que estaba preparada para el momento cumbre de la noche. Se giró de espaldas a aquel extraño espécimen y se dispuso a contemplar el espectáculo.

La gente empezó a saltar y a contornearse llevados por la música. Dj Vadertini acompañaba los golpes con la cabeza. En un momento dado, levantó la cabeza y sonrió en dirección a ella. Era la hora.

De unos aspersores del techo, empezó a caer una mezcla de Sangre sintética y agua. Lo que hizo que los vampiros se revolucionaran y extendieras sus cabezas con las bocas abiertas y los colmillos a la vista. Bebiendo de aquella guarrería, en opinión de Amanis. Pero lo había conseguido… la fiesta estaba siendo todo un éxito.

Se giró satisfecha, y se topó con otra sonrisa. Esta, más peligrosa.

2 comentarios:

  1. Felisari, ¡Cómo te gusta congelar la sonrisa al vikingo!
    No recordaba la guarrería de Sangre Sintética y agua de la discoteca, pero imaginar a vampiros con la cabeza inclinada hacia atrás y con la boca abierta es divertido
    Besitos, guapa :)

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  2. Jajaja ya ves
    Una auténtica guarrería :P

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